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martes, 3 de enero de 2017

Año nuevo, objetivos nuevos

Termina el año y todo el mundo hace sus propósitos para el nuevo año: hacer más deporte, leer más, aprender inglés y un largo etcétera, pero muchas veces esos propósitos ya han muerto antes de final de enero.
¿Por qué nos pasa eso?
Normalmente pasa, porque son propósitos a los que no hemos puesto ni pies ni cabeza... son propósitos del estilo "quiero ser mejor persona", "quiero adelgazar"... y listo. Más que propósitos son buenas intenciones.
Pues esto mismo nos pasa muchas veces en las empresas: objetivo 2017 crecer un 5% de ventas. Y ya... no decimos nada más, no hay plan, no hay hitos de revisión, no hay responsables, no hay acciones y medios para conseguirlo...

En el post de hoy quería hablar de la estrategia empresarial. ¿Habéis estado en alguna empresa en la que los objetivos de distintos departamentos choquen entre sí? Es muy llamativo ver como pasa que para que Comercial consiga sus objetivos de tiempo de servicio, Supply Chain no pueda conseguir sus objetivos de niveles de stock.

La realización del despliegue estratégico es clave para que esto no ocurra.

¿Y  hemos de hacer ese despliegue para que tenga éxito? Pues igual que hacemos con el resto de la metodología: contando con la gente.



Una vez que la dirección tiene claro cuál es la estrategia, hemos de ir descendiendo escalón a escalón para ir desgranando y especificando esa estrategia en lo que aplica a cada uno.

En ese despliegue el nivel jerárquico superior se reúne con su equipo y expone los objetivos que han de conseguir. Aquí llega ahora lo más importante, los miembros del equipo han de ver cómo podrían conseguir alcanzar esos nuevos objetivos y proponer acciones para alcanzarlos.

Estas acciones pueden ser desde modificaciones en máquinas, hasta formaciones o talleres de mejora (5s, SMED, TPM, etc...).

Una vez que el equipo tiene claro lo que quiere hacer se vuelven a reunir y le pide los recursos al mando jerárquico... De este modo esos objetivos están pactados y no impuestos y los mandos jerárquicos se comprometen a llevar a cabo las acciones acordadas.

De esta manera se consigue que esos objetivos se vean por el equipo como algo propio, no algo impuesto e inalcanzable porque ni se les ha preguntado ni se les ha dado medios para alcanzarlos.

Por último, está el seguimiento de ese despliegue... Mensualmente hemos de ver cómo van los indicadores y las acciones acordadas, de este modo podremos actuar si vamos con rapidez si detectamos retrasos.