Esto me trajo a mi mente situaciones que me han pasado en varios proyectos...
- "¿Una hora de reunión a la semana?, es imposible que pierda ese tiempo" o
- "Ahora no puedo pararme a ver este tema contigo" (después de que ha sido esa persona la que fijo la fecha días atrás)
Los mandos en las empresas muchas veces se parecen demasiado al conejo de Alicia en el País de las Maravillas: "No tengo tiempo, llego tarde, lo siento llego tarde"
No entro a juzgar si realmente tienen mucha carga de trabajo, pero lo que muchas veces refleja esta actitud es una clara desorganización, poca delegación y un exceso de urgencias.
Al implantar la metodología Lean una de las claves del éxito es la reunión semanal. En esta reunión de, como máximo, 60 minutos se revisan los KPIs de control y de mejora y el Plan de Acción.
En otras palabras, paramos para ver el rumbo de nuestro barco, redirigirlo y marcar las prioridades de las acciones pendientes.
Si a cualquier mando, en un seminario, le planteamos la siguiente cuestión: Si hubieses perdido el rumbo en tu barco, ¿pararías para ver cómo reconducirlo? La respuesta será en un 99% de los casos un SÍ rotundo. (el 1% es para el típico guasón que para desmontar la argumentación dice que no...)
¿Por qué entonces dicen después en el día a día que no tienen tiempo?
La respuesta tiene dos aspectos importantes:
- La mala costumbre de tener cantidad de reuniones improductivas.
- El mal entendimiento del sentido de esta reunión semanal, el significado de los KPIs y del Plan de Acción.
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